Pepa Flores, la Goya de Honor que quiso ser «invisible» y a la que todos aman

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Foto-Cesar-Lucas_EDIIMA

Si alguien concita un consenso total sobre su idoneidad como merecedora del Goya de Honor esa es Pepa Flores

Hace mucho tiempo que no es actriz, ni cantante, pero su figura, desde que fuera niña prodigio, novia de España y símbolo del franquismo, hasta la activista que le salió «roja» al régimen, Pepa Flores ha logrado ser única e inigualable.

Retirada del cine en 1985, cuando rodó «Caso cerrado» con un joven Antonio Banderas, malagueño como ella, la artista se apartó por decisión propia de cualquier exposición al mundo del espectáculo -por mucho que el mundo del espectáculo intentó evitarlo-, y se volvió invisible; desde entonces sólo ha tenido un par de intervenciones públicas, siempre por ayudar a su familia o amigos.