El origen de la localidad se encuentra en una alquería morisca del siglo XVI que recibió el nombre de Machar Ibn Yahha (cortijo del hijo de Yahha), fonéticamente similar al nombre actual. Tras la expulsión de los moriscos el pueblo quedó abandonado hasta que la familia Gálvez convirtió la localidad en su residencia habitual. El impulso económico que recibió estableciendo allí la Real Fábrica de Naipes, la convirtieron en los siglos XVIII y XIX en “el pequeño Madrid”
La villa de Macharaviaya gozó en la segunda mitad del siglo XVIII de gran prosperidad económica, debida fundamentalmente al mecenazgo e iniciativa de la familia Gálvez, y especialmente a José de Gálvez, nacido en el pueblo, personaje que ocupó importantes cargos en la Corte y que tuvo relevancia internacional.
Entre otros, logró que se construyera la Real Fábrica de Naipes, que monopolizaba la fabricación, distribución y venta de barajas de cartas con destino a las provincias americanas. Fue fundada por Real Cédula de Carlos III en 1776, nombrándose director de la misma a Félix Solesio. Debido a la falta de rentabilidad económica la fábrica sufrió un parón desde 1791 hasta 1799, reanudándose poco después la actividad hasta 1815 cuando cerró definitivamente. Para la fabricación de papel blanco inicialmente se arrendaron los molinos de Zea en Torremolinos, para después pasar a los situados en Arroyo de la Miel llamados de San Carlos, construidos por el mismo Félix Solesio.
Actualmente el antiguo edificio de la Real Fábrica está ocupado por viviendas privadas en las que se han llevado a cabo profundas modificaciones sobre la obra original (foto 1). Las primeras construcciones ocuparon una calle y consistieron en una fábrica y nueve casitas para los operarios. Posteriormente se levantarían más casas y en un inventario de 1791 se relacionan las siguientes dependencias: dos almacenes largos, un patio, dos despachos, un portal y once cuartos de impresión. El conjunto de edificaciones hoy observables se extienden desde el nº 3 al 9 de la calle Naipes. Sabemos que junto al número 7 hubo una torre no muy alta, visible en antiguas fotografías, que se derrumbó hace años por causas desconocidas. Asimismo, el nº 9 de la calle es una edificación en ruinas que pudo formar parte del entramado fabril donde destaca el sistema de construcción a base de lascas de pizarra perfectamente careadas, así como el arco rebajado de ladrillo que daba acceso a la vivienda (foto 2). Junto al nº 5 podemos ver en la parte superior del muro exterior tablones cortos de madera incrustados en la pared y sujetos por grandes tornillos, elementos exóticos para una vivienda normal y que pensamos igualmente pudieran pertenecer al menaje de la fábrica (foto 3). La parte posterior también ha sufrido grandes transformaciones para su adecuación como vivienda (foto 4). Cercana a estas construcciones aún quedan en bastante mal estado de conservación algún inmueble levantado con similares técnicas que el nº 9 y que pudo haber formado parte del complejo de instalaciones asociadas a la fábrica (foto 5).
Foto 2 Foto 3
Foto 4 Foto 5
Bibliografía consultada. En Ruta de la Industria, ver: (001); panel informativo situado delante de la antigua fábrica y otro situado en el Museo Gálvez; Wikipedia: Real Fábrica de Naipes; Real Fábrica de Naipes de Macharaviaya, Un Monopolio Con América, por Carmen Candela Montero Martín.
Ruta gastronómica por Macharaviaya
Como en otros pueblos de la comarca, en Macharaviaya, los platos más renombrados son los que se elaboran con productos de la huerta macharatunga. El ajobacalao, las sopas cachorreñas o el potaje de hinojos resultan inevitables si queremos adentrarnos en la gastronomía autóctona.
Pedanía de Benaque, Macharaviaya, lugar donde nació el escritor Salvador Rueda
Cercano al núcleo principal, se levanta la pedanía de Benaque. En la casa donde nació el ilustre escritor Salvador Rueda, del que se conservan numerosos objetos personales, se encuentra la casa museo dedicada al poeta. Ya que estás en Benaque puedes visitar la iglesia de la Encarnación de planta morisca con una torre que fue alminar de la antigua mezquita.
Hoy Macharaviaya se ha convertido en refugio de artistas y artesanos que encuentran la tranquilidad de estas tierras imprescindible para sus creaciones. En sus campos alternan árboles con frutos tropicales y vides, productos en los que se basa la agricultura del municipio.