La despoblación se ha presentado históricamente como un problema a combatir por los municipios de interior; una tendencia que los alcaldes de pequeños pueblos buscan revertir con el desarrollo de iniciativas ligadas al emprendimiento, programas formativos para retener a los jóvenes o la creación de un banco de viviendas disponibles.
Localidades malagueñas como Benarrabá y Alfarnatejo, dos de los 21 municipios de la provincia señalados por la Diputación de Málaga como prioridad máxima de actuación frente al despoblamiento, han desarrollado iniciativas orientadas al emprendimiento que buscan captar nuevos residentes.
El alcalde de Benarrabá, Silvestre Barroso, ha dicho a Efe que en su población, enclavada en la Serranía de Ronda a más de 100 kilómetros de la capital, se ha iniciado un proyecto de innovación social con salas de trabajo colaborativo o reuniones para personas que desarrollan su labor profesional a distancia, modalidad «ayudada» por la pandemia.
LA REVALORIZACIÓN DE LO RURAL
En este sentido, el regidor ha precisado que a consecuencia del coronavirus se le ha dado «más importancia» al hecho de vivir en los pueblos y que ahora se está «valorando» y «apreciando» el entorno natural.
El emprendimiento juvenil es el objetivo en el que se centra Alfarnatejo, ubicado en la comarca de la Axarquía y que recientemente se ha adherido al proyecto europeo «Start-up Village», que busca a jóvenes que cuenten con un negocio en funcionamiento o proyectos que necesiten un «empujón», ha explicado a Efe su alcalde, Daniel Benítez.
Mientras, en Canillas de Aceituno, también emplazado en la Axarquía, para frenar la despoblación estudian desarrollar entre sus habitantes programas de formación relacionados con el turismo como salida laboral o subvenciones al transporte de estudiantes al objeto de que no se marchen del pueblo, destaca el alcalde, Vicente Campos.
Desde la Diputación Provincial de Málaga se intenta luchar contra la tendencia de vaciado de los pueblos y su vicepresidenta cuarta, Natacha Rivas, tiene entre sus áreas la de Atención al Despoblamiento del Territorio y destaca a Efe que desde este organismo se ha considerado «prioridad» el reto demográfico en el actual mandato.
«VENTE A VIVIR A UN PUEBLO»
En este sentido, ha resaltado su implicación en programas nacionales destinados a la repoblación como «Vente a vivir a un pueblo», que conecta a interesados en mudarse a este tipo de municipios para desarrollar su actividad laboral o buscar trabajo.
La viabilidad de cada traslado es valorada desde el Centro de innovación social «La Noria», en Málaga, con su asesoramiento y gestión.
En Jubrique, pueblo malagueño que acusa el mayor descenso de población en la última década según el Instituto Nacional de Estadística (INE) -un 30 por ciento-, se ha creado un banco de viviendas disponibles para compra o alquiler que detalla sus características (número de habitaciones, estado del inmueble, metros cuadrados y contacto del ofertante, entre otros).
Su alcalde, Álvaro Benítez, ha asegurado a Efe que esta iniciativa nació ante el deseo de quienes «se habían dado cuenta que, a raíz del coronavirus, era importante volver al pueblo, a los orígenes» y ha destacado la «gran aceptación» entre los habitantes.
Varios de los alcaldes han subrayado la antigüedad de la problemática de la despoblación y coinciden en que últimamente se habla en mayor medida de este fenómeno, pero que no se trata de algo reciente aunque parezca «de moda» con la irrupción de la covid-19.