La localidad de Salares, que es uno de los pocos pueblos de La Axarquía que ha conservado parte de su caserío tradicional, presenta un alminar que domina el paisaje urbano, localizado en el lado derecho de la actual Iglesia de Santa Ana, definido por una estructura de prisma rectangular. Mantiene una estrecha relación con el de Árchez, aunque con unas dimensiones algo menores, pues su altura es de unos 12 m y su lado es de 3,5m. A igual que éste, su acceso se realiza desde el exterior con una entrada que queda más elevada que la original. Al igual que los anteriores, el interior cuenta con un pilar macizo central, de unos 0,9 m de ancho, sobre el que se dispone una escalera con bóveda de medio cañón escalonada con aristas en los extremos.
Está realizado en ladrillo y mampostería, componiendose de tres cuerpos, el primero no presenta ningún tipo de decoración, si bien queda rematado por un rectángulo horizontal de azulejos donde se disponen dos filas de rombos azules sobre fondo blanco. El segundo cuerpo, más amplio en longitud, se compone de rectángulos rehundidos con paños de sebka en los cuatro lados, compuestos por rombos mixtilíneos realizados por ladrillos recortados, que dejan las esquinas libres sin decoración. En la parte inferior de los rombos mixtilíneos han desaparecido unas pequeñas columnas, igual que ocurre en Árchez, y no ha quedado ningún rastro de pintura mural. El último
cuerpo, añadido en época cristiana para albergar las
campanas, comienza a partir de una imposta y queda
cubierto por un tejado a cuatro aguas. Adentrándonos en el patio oeste de la iglesia nos encontraremos con los restos de pilares y arcos apuntados, que se corresponden con la antigua mezquita.
Este alminar almohade, con sus 12 m. de altura, contrasta con el blanco del caserío, destacando por el uso de los ladrillos rojos moldeados para la decoración de los paños de sebka. En el s. XVI se le añadió el cuerpo situado a más altura para cristianizar la torre.
El alminar, es parte de la iglesia parroquial de la villa y antiguamente era una mezquita que fue reconvertida en basílica cristiana. Este alminar fue declarado Monumento Nacional el 16 de noviembre de 1979, es una de las piezas más bellas del arte almohade en nuestra península. Levantado en fábrica de ladrillo rojo entre los siglos XIII y XIV, con dos cuerpos, cuatro vanos rehundidos con magníficos paños de sebka.
Es una actividad incluida en el proyecto Innova Experiencia Andalusí impulsada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y puesto en marcha por la Secretaría de Estado de Turismo en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiados con los fondos Next Generation EU.