El sábado, 18 de noviembre, está prevista una concentración en contra de la torre proyectada con 135 metros de altura.
A menos de una semana, el próximo 18 de noviembre, para la protesta contra el rascacielos de 135 metros de altura proyectado en el Puerto de Málaga, se ha puesto en marcha en el portal Change.org una recogida de firmas que, en menos de 24 horas, ha logrado sumar más de 1.500 apoyos.
Bajo el lema «No al rascacielos en el Puerto de Málaga se intenta explicar los motivos de la negativa del proyecto que avanza en sus trámites administrativos por parte de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga.
Precisamente a ambas administraciones va dirigida la carta que solicita la rúbrica de quienes están en contra de esta construcción en el dique de levante.
El documento cuestiona»¿Sabes que en el centro de la Bahía de Málaga se pretende ¿construir un rascacielos?Y construir este edificio en el Dique de Levante del Puerto no es un proyecto beneficioso para Málaga porque:
Una torre de 135 metros de altura justo en el centro de la bahía tiene un gran impacto visual, rompería de forma irreversible la fachada litoral y el paisaje; y afectaría negativamente a las panorámicas, el horizonte marítimo y los principales hitos monumentales: Catedral, Alcazaba, Gibralfaro o La Farola (uno de los dos únicos faros portuarios con nombre femenino que hay en España, y que tras 200 años de historia, será apagada para siempre si se llega a construir el rascacielos).
Este tipo de edificios suponen un altísimo impacto sobre el medio ambiente e implican apostar por un modelo de además de congestionar el tráfico en la zona, ya actualmente saturado por la afluencia de grandes cruceros.
El proyecto implica cambiar la normativa vigente, eliminando el actual uso del equipamiento público del Morro, para hacer un desproporcionado hotel de lujo privado, en un lugar que ya solo podrían disfrutar las rentas más altas en vez de toda la ciudadanía.
Un hotel de lujo con 350 habitaciones, no tiene garantizada viabilidad económica, por lo que muy probablemente acabarían reconvirtiéndose en un uso residencial y no turístico, e implica el riesgo de un rescate pagado con dinero público, como ya ha ocurrido con las concepciones de autopistas.
El proceso de adjudicación sin concurso público, la extrañamente acelerada tramitación y el desvirtuado control administrativo, no está ofreciendo garantías suficientes que demuestren el correcto cumplimiento de la ley.
No se trata de un edificio emblemático, original ni moderno, pues es un diseño muy repetido por todo el mundo. En ciudades turísticas equiparables a Málaga, como puedan ser Niza, Palermo, o Palma de Mallorca, nunca se han permitido este tipo de rascacielos pues saben bien que para su propia imagen turística traen más perjuicios que beneficios.
Y todo esto se hace de espaldas a la ciudadanía, sin contar con su opinión ni participación. Por todo ello, la ciudadanía y diversos colectivos hemos emprendido un movimiento de oposición contra este proyecto.
Queremos impedir que se rompa la postal de Málaga, y para lograrlo es importante tu apoyo y participación. No decimos que no a un rascacielos ni a un hotel de lujo, decimos que no a este edificio en este sitio.
