Las protestas de los agricultores este martes por la situación del campo, que tienen lugar en distintos puntos de España, también se están produciendo en Málaga capital, donde han bloqueado los accesos al puerto de la ciudad y están condicionando el tráfico. «Estamos en las últimas, no podemos ni aguantamos más», han asegurado los agricultores. Con eslóganes como ‘Nuestro fin será vuestra hambre’, ‘Si el campo no produce la ciudad no come’, ‘No es sequía es mala gestión’ o ‘En el campo a tres céntimos en el super a tres euros’, los agricultores de distintos puntos de la provincia, entre 150 y 300 según los convocantes, se han situado en las inmediaciones del puerto, donde los accesos de San Andrés y Alameda de Colón han sido bloqueados.
En la capital, las protestas de los agricultores llegaron de madrugada al centro de Málaga. Varios centenares de tractores han tomado esta madrugada del lunes al martes las entradas del Puerto de Málaga, cuatro días después de acudir al Parlamento Europeo para exponer sus reivindicaciones. La Policía Local y efectivos de la Policía Nacional ya han cortado las principales vías del eje litoral y el Ayuntamiento recomienda no circular por el centro, a pesar de que el Paseo del Parque sigue abierto al tráfico.
Las organizaciones profesionales agrarias se han plantado. El sector ha decidido salir a la calle para reclamar un plan de choque que recoja medidas tanto a nivel de la Unión Europea, como del gobierno de España y de las Comunidades Autónomas. A estas movilizaciones se han unido los trabajadores del campo malagueño y desde Asaja Málaga sostenían la semana pasada que hay motivos suficientes para llevar a cabo estas concentraciones.
“La situación tan larga, complicada y continuada que estamos viviendo los agricultores y ganaderos, sobre todo, por las políticas de Bruselas han desencadenado una serie de protestas a lo largo de toda la Unión Europea”, defendía el presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido. Asimismo, hacía hincapié en que estas medidas les obligan a enumerar requisitos “sin ningún rigor científico basadas en temas ideológicos desoyendo todos los informes científicos y ningún informe sobre el impacto que provocan”.
