Después de declararse culpable por imprudencia grave, aunque nunca quiso «que al niño le pasara nada»
El dueño de la finca donde murió Julen, el niño de 2 años que cayó a un pozo en Totalán (Málaga), ha sido condenado a un año de prisión después de declararse culpable de la muerte por imprudencia grave del menor, tras el acuerdo alcanzado con los padres del pequeño a los que indemnizará con 180.000 euros.
La vista oral se ha celebrado en el Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga y el acusado, además de reconocer los hechos que le imputan el fiscal y la acusación particular, ha pedido perdón y ha asegurado que nunca quiso «que al niño le pasara nada», según informa la Agencia EFE.