miércoles, enero 22, 2025
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`No al desalojo, La Invi se queda´

La Invisible se hace visible por las calles de Málaga en contra del desalojo. Una protesta festiva  con música, talleres, grupos feministas participan en esta original protesta, en la que La Invisible ha decidido por sacar a la calle todo lo que forma parte de este colectivo. A la cabeza, un camión con una orquesta con pancartas en las que puede leerse ‘La Invi se queda’.

El centro social y cultural autogestionado de Málaga, sobre el que pesa una orden de desalojo para este verano, saca músculo con una manifestación y un encuentro con figuras destacadas de la gestión cultural.

Si se cumple la orden del ayuntamiento, la Casa Invisible, el centro social y cultural autogestionado que ocupa un inmueble municipal en pleno centro de Málaga, deberá quedar vacía a lo largo de este verano. Los activistas, que okuparon el inmueble en 2007, no le reconocen validez, porque entienden que no están protagonizando una «usurpación», como alega el consistorio, sino una cesión en precario desde que expiró el protocolo de intenciones que suscribieron con el ayuntamiento en 2011. Esta semana han vuelto a reivindicar su utilidad social y cultural con actividades dentro y fuera del espacio: en La Invisible, con un encuentro con representantes de instituciones culturales, y en la calle, con una manifestación.

La orden de desalojo fue aprobada por la Junta de Gobierno Local y ordena «recuperar de oficio» el inmueble, ordenando su desalojo en un primer plazo de 15 días desde su notificación, que se produjo el lunes. Si no se desaloja voluntariamente, la resolución prevé un plazo adicional de ocho días. Si este plazo «no es atendido» «se procederá al lanzamiento por este Ayuntamiento por sus propios medios».

No está en el ánimo de los activistas desalojar voluntariamente el inmueble, aunque les queda otra salida: plantear ante los juzgados un recurso contencioso-administrativo contra el acuerdo de la Junta de Gobierno Local que desestimó cederles el espacio (tal y como venían negociando con el ayuntamiento durante años) y optó por desalojarlos. Sin embargo, es dudoso que el recurso judicial tenga éxito. De hecho, pocos cuestionan que el ayuntamiento tenga la potestad jurídica para optar por echar a los activistas y abrir un concurso público. Lo que gran parte del activismo local (y estatal) cuestiona es que esa fórmula vaya a resultar en algo más provechoso para la cultura y la sociedad malagueñas que La Casa Invisible.

En otras palabras, lo que se teme es que el espacio, que debe ser rehabilitado, cueste dinero público para acabar reconvertido en otro mercado gourmet o similar. Hay precedentes. Frente a eso, La Invisible ofrece la experiencia de once años de un formato de relativo éxito.

Manifestacion por su continuidad

La cuestión es política, y los activistas vienen pidiendo a De la Torre que retome las negociaciones que rompió cuando, en octubre, Ciudadanos impulsó una moción para pedir su desalojo. En las últimas semanas, han perseguido al alcalde en los barrios de Málaga o en Nueva York, pidiéndole una reunión disfrazadas de superheroínas.

Además, desde hace días se ha fraguado una gran manifestación que culminó este jueves por las calles del centro. «¿Te imaginas Málaga sin La Invisible? Nosotras tampoco. #Defendamos La Invisible», decía la convocatoria, que circuló masivamente. El gran soporte de La Invisible está en la calle, y por eso era esencial calibrar sus fuerzas.

Pocos espacios sociales o culturales alternativos de la ciudad se entienden sin la participación más o menos intensa de La Invisible.

Es la sede, germen o elemento decisivo de los grupos locales de la PAH, del Sindicato de Inquilinos e Inquilinas o del 15M, y también de propuestas culturales al margen de la cultura institucional de la ciudad, aferrada al tapeo y los museos franquicia, y subsidiaria del modelo turístico. Es uno de los pocos espacios locales de resistencia frente al modelo social, económico y cultural local al servicio del turismo y este jueves salió a la calle para decir que se queda o que, al menos, lo va a intentar.

Estaba previsto que el acto comenzara a las 19.30 horas, pero finalmente la marcha ha comenzado a las 20.10 horas porque se ha desarrollado una especie de representación teatral en los balconesdel edificio para explicar la situación. Tras ella, la manifestación comenzó por calle Nosquera para seguir por Carretería. Los participantes legarán al Ayuntamiento y de ahí recorrerán el paseo del Parque para continuar por calle Larios y terminar en laplaza de laConstitución, donde está previsto que se lea un manifiesto.

‘No al desalojo, la Invi se queda’ son las consignas que más se repiten esta tarde. Según aseguran, entienden que el desalojo no es legal, que tienen una cesión en precario y creen que la solución a esta conflicto pasa por alcanzar una en condiciones. Comprenden que el edificio es de titularidad municipal pero defienden la gestión ciudadana del mismo.

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