viernes, octubre 4, 2024
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Genalguacil acude por cuarto año consecutivo a la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ‘ARCOmadrid’

El municipio serrano contará con un stand (9A30) de 24 metros cuadrados en el que mostrará las obras de cinco artistas que han pasado en los últimos años por los distintos proyectos

Genalguacil vuelve a estar presente en la principal Feria Internacional de Arte Contemporáneo de nuestro país y una de las más importantes a nivel mundial. Del 6 al 10 de marzo, el Pueblo Museo, por cuarto año consecutivo, seguirá defendiendo su estrategia para luchar contra la despoblación a través de sus cuatro pilares fundamentales: tradición, arte, cultura y naturaleza. En ARCOmadrid disfrutarán de un espacio propio de 24 metros cuadrados (Booth 9A30) en el pabellón 9 de lFEMA con una propuesta comisariada por Nerea Ubieto y conformada por la obra de cinco artistas (Javier Palacios, Linarejos Moreno, FOD, Marie-Isabelle Poirier y Moreno&Grau) que han trabajado en los últimos años en distintos festivales desarrollados en el municipio.

Todas las piezas se han realizado en el mismo municipio y en relación al pueblo y a los vecinos. Junto a los diálogos que mantendrán las obras expuestas, se seguirá incidiendo también en la importancia de tener la Fundación Genalguacil Pueblo Museo, una herramienta que aglutina todos los esfuerzos a favor del robustecimiento de las acciones artísticas y sociales, así como es la vía para integrar todas las colaboraciones, afectos y adhesiones. En esta 43 edición de la feria de arte concurrirán más de 1300 artistas, 206 galerías y distintas instituciones artísticas de 36 países. La creación artística e innovación cultural como arma hace que Genalguacil se haya convertido en modelo referente a nivel nacional e internacional. De ahí que sea la única presencia institucional malagueña tanto público como privada en ARCO.

Este año el proyecto de Genalguacil Pueblo Museo cumple su 30 aniversario, coincidiendo con el nacimiento de los hoy conocidos Encuentros de Arte, cita artística que celebra una nueva edición este verano y cuyas bases se presentarán en una jornada de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo. La presentación de las mismas tendrá lugar el jueves 7 a las 13:00 en el stand 9A30 donde la representación genalguacileña encabezada por el alcalde Miguel Ángel Herrera estará acompañada por el Vicepresidente de Cultura, Educación y Juventud de la Diputación Provincial de Málaga, Manuel López Mestanza, y el director de La Térmica, Antonio Javier López.

 

Propuesta artística: Huellas Circulares.
La propuesta de ARCOmadrid 2024 reúne producciones bajo el paraguas de la circularidad, tanto formal como conceptual. La filosofía de Genalguacil nada tiene que ver con la consecución de objetivos rápidos y lineales, sino con generar raíces y un colchón humano capaz de retroalimentarse. El modelo es circular: los artistas no llegan para hacer su trabajo e irse, sino que dejan una primera huella, comparten sus logros y posteriormente vuelven para profundizar en ella. Todo sale del pueblo y vuelve al pueblo a través de la colaboración, la transmisión de saberes y el entusiasmo.

Con la ayuda de los habitantes de Genalguacil, Javier Palacios (Jerez de la Frontera, 1985) llega a la zona del cauce del río Almáchar donde se sitúan los llamados morteretes: oquedades arqueológicas circulares, previsiblemente datadas en época de los fenicios y realizadas por el ser humano. Estos agujeros, utilizados para decantar y limpiar minerales, tienen un carácter casi místico que encaja a la perfección con la pesquisa previa del artista alrededor de aberturas naturales que conectan el plano material con el espiritual, lo superficial con lo profundo. Palacios sale por primera vez de su estudio para experimentar el proceso de trabajo en contacto directo con la naturaleza. A modo de ritual, limpia las oquedades con los habitantes y después las interviene policromando con diferentes pigmentos que les otorgan un nuevo lugar en relación al paisaje. A parte de la instalación viva que se modificó y desvaneció con el tiempo, la obra Color morteretes, realizada durante los Encuentros de Arte 2022, se materializa en las exquisitas acuarelas expuestas realizadas a partir de fotografías tomadas in situ.

También Linarejos Moreno (Madrid, 1974), después de la escucha atenta del lugar, elige estos hallazgos naturales para su proyecto en la última edición de Arte Vivo dedicada al agua. La propuesta se alinea con su proceso de trabajo, atravesado por la ciencia y sus estrategias de análisis y recopilación de datos. En On geography of the river la artista aplica la metodología infográfica del explorador del XIX Alexander von Humboldt para el estudio del territorio, yuxtaponiendo la imagen de un paisaje y sus características geofísicas al ámbito local. Formalizado a través de un tableau vivant con los adolescentes del pueblo y su propia hija, todos participan en la recolección de datos alrededor de los morteretes (composición del agua, medidas de los orificios, la flora y la fauna…) utilizando reglas y medidores de agua. La artista investiga los orígenes de estos círculos perfectos de índole sagrada y se cuestiona si fueron creados por el hombre como afirman teorías escritas desde el s.XVII o si son fruto del repetido paso del agua. La obra plantea dos hipótesis posibles, la antropológica y la geológica, que responden a dos formas de concebir el mundo: las culturas que creen en la naturaleza como entidad creadora y las que prefieren a sus antepasados. Ninguna versión desmonta la idea de lugar mítico para rituales y encuentro social. De hecho, en algunas civilizaciones, las rocas con hendiduras se llaman «Gossip stones» (piedras de cotilleo) porque la molienda constituía una actividad relacional.

Siguiendo con los círculos y la comunicación, pero esta vez en forma de ondas que generan los zapateros en el agua para desplazarse y detectar presencias cercanas. Estos insectos de río son el motivo elegido por Moreno (Málaga, 1985) & Grau (Málaga, 1989) en el marco de Arte Vivo para expresar modos de entendimiento humano y no humano. Las dos artistas son las primeras en poner en marcha acuerdos entre ellas para el buen funcionamiento del colectivo y, más allá de su práctica interna, la conversación directa con los habitantes del pueblo es el mecanismo que utilizaron en el desarrollo del proyecto La extensión de la onda. El diálogo se inició con una pregunta: ¿qué te viene a la mente cuando piensas en el río? Los recuerdos sirvieron como base de una pieza videográfica y guía en su expedición en solitario. Como es habitual en su trabajo, Moreno y Grau recorren el terreno, viven la naturaleza en primera persona y se dejan llevar por un proceso fluido, abierto y sensitivo. En su devenir por puentes y arroyos, se toparon con los zapateros y vieron claro el vínculo identitario: al verlos, las personas nos trasladamos de inmediato al río con la mente. Son donantes de la memoria, un gancho emocional que nos conecta con experiencias pasadas y familiares.

Marie-Isabelle Poirier-Troyano (Antequera, 1970), después de 3 años viviendo en el pueblo, ya ha adquirido ADN genalguacileño y es parte de la familia. Como artista local, el año pasado tuvo su primera exposición individual (Crisálida) en el museo donde se pudo ver una espléndida selección de su trayectoria artística centrada en el textil en su más amplia diversidad formal: desde sus comienzos en la técnica japonesa del shibori hasta su reciente producción en la que combina varias técnicas y estrategias. La pistola eléctrica (tufting gun), el punzón (punch needle), los tintes naturales, la aguja mágica o el bordado manual son algunas de las herramientas usadas para configurar piezas llenas de frescura, madurez y volumen. La pieza expuesta en la feria, Abrigo circular, está recién salida del horno y muestra los resultados con el último material con el que está trabajando: la lana. Obtenida en parte de un pastor del pueblo, la lana sin cardar con huellas de la vida de las ovejas, es trabajada por la artista mediante dos técnicas: la del fieltro húmedo con agua y jabón y mediante agujas. Formas sinuosas dan ritmo a la composición orgánica y resaltan los colores de pigmentos naturales (granada, eucalipto) que han sido secados con ayuda de la luz solar. La obra encierra un ciclo que comienza y acaba en la naturaleza.

El sutil movimiento de la huella del sol posada sobre la pared de una de las casas de Genalguacil era el propósito originario de la instalación pública de FOD (Puerto Lumbreras, 1973) en el marco del festival Lumen. Acorde al discurso constructivo que caracteriza su obra, el artista idea una estructura arquitectónica, síntesis de una de las viviendas más humildes y típicas del lugar, que enfatiza la presencia de la luz mediante su silueta y peldaños de una escalera exterior. El resultado es una suerte de reloj solar en el que las sombras a lo largo del día, cual dibujos efímeros, marcan un ritmo circular a la pieza. En el estand se ha replicado la obra de hierro soldado, en menores dimensiones, como reminiscencia de la fachada aérea ubicada en el pueblo.

En la idea de Huellas Circulares presente en las obras hay un guiño al famoso relato borgiano –Ruinas circulares– en el que un hombre creador descubre que él también ha sido creado. La narración proyecta una historia sin principio ni final donde no hay actores más relevantes que otros, sino eslabones de un proceso infinito. Todos los proyectos parten de vestigios, materiales o humanos, para crear algo nuevo que, tarde o temprano, se convertirá en legado de creaciones por venir.

Arte contra la despoblación. Arte para el repoblamiento

Desde 1994, con el nacimiento de los Encuentros de Arte, Genalguacil ha hecho del arte contemporáneo un pilar fundamental para su desarrollo y transformación. Un cuarto de siglo después, este pequeño pueblo del Valle del Genal se distingue en el escenario del arte español por su decidida apuesta por la creación contemporánea. En la última década han nacido otras iniciativas que, como Arte Vivo, Lumen y los Encuentros Cerámicos, han venido a robustecer el vínculo de Genalguacil con el arte contemporáneo y le han granjeado una innegable proyección nacional e internacional.

El arte contemporáneo, unido a la tradición, la cultura y la Naturaleza, son entendidos en Genalguacil como motores de un modelo de crecimiento que genera oportunidades y valores a los vecinos de esta localidad. El pertinaz despoblamiento que azota a esta comarca, como a tantas otras zonas rurales de la llamada España vacía, busca ser revertido mediante el arte: en los últimos años, y tras décadas de pérdida de habitantes, la población ha vuelto crecer. Arte contra la despoblación. Arte para el repoblamiento.

Recientemente, Genalguacil ha creado un Laboratorio Internacional de Innovación Rural (LAB) para que las zonas rurales desarrollen e implementen sus propias herramientas de innovación, partiendo de Genalguacil como proyecto piloto para ser compartido en todas las regiones rurales de España y Europa. Situando el conocimiento local en el centro del replanteamiento de la innovación, co-creando procesos para desbloquear el conocimiento local, fomentar la confianza y la ambición para la acción emprendedora colectiva.

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