Empresas de Cádiz, Jaén, Málaga y Sevilla se han ofrecido a producir el dispositivo, del que podrían lanzar una media semanal de 50 ejemplares cada una.
El Gobierno de España y otros ya han mostrado interés por ‘Andalucía Respira’, el respirador diseñado por médicos e ingenieros andaluces para ser utilizado por pacientes con Covid-19. La fabricación de este dispositivo, desarrollado en un tiempo récord, podría comenzar en el plazo de siete a diez días, una vez que se realice con éxito un segundo ensayo clínico en un paciente real y que supere las últimas pruebas de carácter técnico, dado que la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios ha requerido la realización de dos ensayos antes de autorizar su fabricación.
Por su parte, ya se han recibido varias propuestas para su elaboración por parte de empresas radicadas en Cádiz, Jaén, Málaga y Sevilla, que podrían lanzar una media semanal de 50 respiradores cada una.
Algunos de los responsables del dispositivo lo han presentado en una comparecencia virtual, a la que han asistido Ignacio Díaz de Tuesta, cirujano cardiovascular del centro y autor de la idea original del respirador, que él mismo plasmó en su tesis doctoral, y Víctor Muñoz, catedrático de Robótica Médica de la Universidad de Málaga (UMA) y responsable de todo el sistema de montaje y diseño del circuito. También han estado presentes el secretario general de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Consejería de Salud y Familias, Isaac Túnez, y el gerente del Servicio Andaluz de Salud (SAS), Miguel Ángel Guzmán.
El respirador ya ha demostrado en el primer ensayo, llevado a cabo en un paciente del Hospital de Antequera (Málaga), su correcto funcionamiento en lo que respecta a ventilación y oxigenación, así como en variable secundaria por daño asociado a la propia ventilación mecánica. La segunda prueba en pacientes se efectuará tan pronto se encuentre uno que cumpla con los requisitos necesarios, han asegurado los responsables sanitarios asistentes a la presentación, que han recalcado que el equipo ya ha logrado validar todos los aspectos analizados por entidades certificadoras acreditadas.
El prototipo se plantea como una alternativa cuando no exista disponibilidad de respiradores habituales, ha asegurado el secretario general de Investigación de la Junta, que ha incidido en la alta fiabilidad del proyecto y en la ventaja que supone que su montaje se realice a partir de piezas estándar, habituales en el mercado y de fácil disponibilidad, lo que podrá asegurar los suministros para contar con, al menos, 300 unidades.
En esta misma línea, el doctor Díaz de Tuesta, artífice de la idea, ha subrayado que se plantea como un «dispositivo de guerra, que no pretende competir con los dispositivos comerciales, sino ofrecer una opción en la situación actual». «Se ha logrado desarrollar en un tiempo impensable lo que hace diez días era una idea en una pizarra», ha valorado el facultativo. También el gerente del SAS ha insistido en la importancia de contar con esta herramienta para el momento en que se alcance el pico de la epidemia.
El actual prototipo es el tercero surgido a raíz de la idea original, que ha ido evolucionando a partir de distintas pruebas e incorporaciones en materia de seguridad. Se trata, ha asegurado Víctor Muñoz, responsable del sistema de montaje y diseño, de una obra de «ingeniería en estado puro». Hasta el momento, el prototipo ya ha superado diversas validaciones, como pruebas de gases, y aún estaría pendiente de comprobación su compatibilidad electromagnética – esto es, inexistencia de interferencias con otros equipos- y seguridad eléctrica.
El equipo de trabajo está compuesto por médicos de los hospitales universitarios Regional de Málaga y Virgen de la Victoria, junto a investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima), en colaboración con un grupo de ingenieros de la Universidad de Málaga (UMA). El proyecto está coordinado por la Fundación Progreso y Salud, adscrita a la Consejería de Salud y Familias.
A este respecto, todos los asistentes a la presentación han subrayado el talento de los investigadores andaluces implicados en el proyecto. «Andalucía no son solo playas, cultura y gastronomía, también es ciencia, tecnología y capacidad industrial», ha sintetizado Díaz de Tuesta.
Por su parte, el gerente del SAS ha reiterado su agradecimiento a todos los profesionales de la sanidad pública, «que se dejan la piel para que la epidemia tenga el menor impacto posible en Andalucía», y ha valorado que la población andaluza esté siendo «tremendamente disciplinada» para colaborar con los sanitarios y avanzar en la contención del virus.
Características
El respirador es un dispositivo que tiene un tiempo de fabricación aproximada de dos horas y que no lleva componentes móviles, reduciéndose el riesgo de fallo mecánico o fatiga de materiales.
El controlador eléctrico del sistema está basado en autómatas comerciales diseñados para uso continuado con muy bajo riesgo de fallo, por lo que permite modificar sencillamente varios parámetros respiratorios como la frecuencia de respiración, presión y la relación inspiración-espiración ofreciendo una alternativa real a los actuales respiradores homologados que se encuentran en las unidades de cuidados intensivos para pacientes graves con la sintomatología del Covid-19.
Una segunda fase del proyecto contó con una fase un ensayo animal también con resultados satisfactorios tras 24 horas en funcionamiento. Esta parte del proceso ha sido posible gracias a la experiencia de Ricardo González-Carrascosa, especialista en Salud Animal, en calidad de Veterinario designado por la Universidad de Málaga y coordinador de la plataforma de ‘Experimentación Animal’ del Ibima, quien se ha unido al resto de profesionales implicados en el proyecto.