El azúcar como desinfectante de heridas

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Característica del azúcar que puede llevar a error, e incluso a implementar prácticas que pueden ser perjudiciales para la salud

¿Nuevas propiedades del azúcar descubiertas en pleno siglo XXI?
En las redes y diarios digitales, un titular avanza como noticia una característica del azúcar que puede llevar a error, e incluso a implementar prácticas que pueden ser perjudiciales para la salud: aplicar azúcar en las heridas. Para afirmar tal cosa, se menciona un artículo de una revista científica y un caso clínico veterinario (en el cual se muestra la evolución de una herida en un perro).

¿Qué hay de cierto?
El azúcar es un hidrato de carbono formado por una molécula de glucosa unida a una de fructosa (molécula con la misma fórmula que la glucosa pero diferente forma, es decir, un isómero). Por sus propiedades físicas y químicas se ha utilizado tradicionalmente como conservante natural en un preparado que conocemos como almíbar.

A pesar de que el azúcar es la fuente de energía básica de muchos microorganismos, su gran afinidad por el agua le otorga capacidad para disminuir la humedad en los tejidos y dificultar el crecimiento bacteriano mediante un mecanismo osmótico, consiguiendo así una conservación del alimento (habitualmente fruta) que se introduzca en almíbar. Este método de conservación bien es conocido desde hace cientos o miles de años por la humanidad.

¿En qué consiste el estudio citado?
Basándose en estas propiedades un grupo de investigadores ingleses, va más allá y trata de averiguar el efecto de tres tipos de azúcar en heridas necróticas (que son heridas avanzadas en los que existe tejido muerto o en descomposición), al realizar test en laboratorio (no sobre individuos vivos) dos tipos de azúcar fueron los que mostraron mayor acción antibacteriana y por tanto se escogieron para aplicar sobre las heridas en personas, pero cabe destacar que a la muestra del estudio no se le privó de otros tratamientos generales para las heridas como pueden ser antibióticos, limpieza y desinfección o curas sucesivas. Además se trata de un estudio piloto  en el que los pacientes han sido seleccionados y no existe otro tratamiento con el que comparar, y aunque inicialmente los resultados parecen positivos, es necesario estudios de mayor calidad para categorizar dicha evidencia.

Similares conclusiones son extrapolables al otro artículo mencionado ya que simplemente se basa en una experiencia individual.

En una búsqueda más exhaustiva en bases de datos especializadas, los estudios apuntan hacia diferentes direcciones y conclusiones distantes, por lo que no existe un consenso, probablemente por la cantidad de factores que influyen en la curación de heridas avanzadas.

¿Por qué es engañoso?
Al realizar una lectura del titular y cuerpo del artículo, parece que podamos aplicar azúcar (sin indicar cómo ni en qué cantidades) en nuestras heridas cotidianas, esto no sólo es falso sino que puede ser peligroso para nuestra salud y propiciar la aparición de infecciones.

En primer lugar, no son heridas simples que puedan tratarse en casa, sino que son heridas avanzadas de causa vascular, en individuos sometidos a intervenciones quirúrgicas y diversos tratamientos, supervisados y aplicados por profesionales sanitarios.

En segundo lugar, no sólo se aplica azúcar, sino que son de vital importancia los tratamientos que no se describen tales como el desbridado, la desinfección o la administración de antibiótico sistémico (bien por vía oral o por vía parenteral).

Por último, el método de aplicación es básico tanto en su concentración como en el tiempo de aplicación y el vendaje utilizado.

Cuando leemos un artículo de estas características no solo es suficiente con desmigar todo el texto, es conveniente acudir a la fuente de las afirmaciones y conocer qué tipo de investigación se ha realizado para saber si las conclusiones son adecuadas.

Cómo cuidar las heridas leves
Se pierde, por tanto, una gran oportunidad de hacer pedagogía y contribuir a la mejoría de la salud pública, al no reflejarse las medidas general para el cuidado de las heridas leves que son:

Limpieza (agua jabonosa y aclarado)
Desinfección (con algún antiséptico como la clorhexidina o povidona)
Si la herida lo requiere, oclusión con apósito o gasa estéril para favorecer la cicatrización en fases iniciales.

En caso de heridas extensas, profundas, que requieran sutura, quemaduras o sospecha de infección, o simplemente que la evolución no sea la esperada, se debe consultar a un profesional sanitario para que indique el procedimiento terapéutico más adecuado.

Por: Dr. Fernando Maria Navarro i Ros, Dr. Javier Precioso Costa y Dr. Daniel Ferreiro
(Para Salud sin bulos)