El pasado martes siete de abril, en casa, en mi descanso laboral, ya que trabajo de Auxiliar de enfermería, escucho la comparecencia conjunta del Ministro de Sanidad y Ministro de Cultura y Deporte con motivo de la situación extraordinaria por la pandemia provocada por el Covid-19. Les traigo la última frase del segundo, Don Juan Manuel Rodríguez Uribe en el minuto 26 donde finaliza su exposición con palabras de Orson Wells:
“Primero va la vida y luego el cine, pero la vida sin cine, sin cultura tienen muy poco sentido y es muy poco humana”.
Estos días de cuidado de la vida a través de la cuarentena, el confinamiento y recogimiento. Días de introspección, de repaso a lo olvidado y de meter mano a lo tantas veces pospuesto. Gracias a Internet y a quienes tengan TV en casa, la vida también recobra sentido y se humaniza con programas de humor que nos arranca sonrisas y carcajadas necesarias para cuidar la salud y el equilibrio mental. A través de la cultura que trae la lectura y la música, y cómo no, a través del cine.
Las películas son una oportunidad para realizar un viaje visual y auditivo, y en el caso que les acerco, para rescatar la vida de una gran desconocida, Josephine Diebitch.
Disfrutamos en familia de la película, dirigida en 2015 por la cineasta Isabel Coixet, Nobody Wants the Night (Nadie quiere la noche). Film con unos paisajes ¡preciosos! Coixet rueda la película entre Noruega, Bulgaria y las Islas Canarias, siendo una coproducción internacional entre España, Francia y Bulgaria.
Esta película fue seleccionada para abrir la 65.ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlín.
Es una película dramática que transcurre en 1908 en Groenlandia y narra el viaje temerario y épico de una mujer, Josephine Diebitch, por uno de los más inhóspito lugares del mundo. Sus aventuras y contacto con la cultura Inuit tan distinta a la Occidental y tan inmersa en la naturaleza, adaptada al entorno frío y aceptando sus leyes con humildad. Y por otro lado, el encuentro con la mujer inuit Allaka amante de su esposo, supone un punto de inflexión en la vida de Josephine que cambiará sus rígidas ideas y su vida para siempre.
La protagonizan, Juliette Binoche, Rinko Kikuchi y Gabriel Byrne. 1
En la presentación, entre las primeras imágenes del glacial desmoronándose al llegar al mar y los paisajes de planicies blancas, leo que se inspira en personajes reales, cosa que me complace y que anoto para indagar más adelante.
Elijo ésta película por ser una mujer la protagonista y por tratarse de una aventura en el contexto de la nieve y el frío polar. La veo sin conocer al personaje protagonista femenino, Josephine Diebitch, la Sra. Peary.
Mi emoción queda atrapada ya en el minuto siete. La voz en off de la Sra. Peary reflexionando sobre el sueño de su marido, Robert Peary de alcanzar el Polo Norte. Se pregunta si hizo suyo el sueño de su marido olvidando los suyos propios o si quizás nunca los tuvo.
Esta inquietante pregunta sobre los sueños y metas me hace pensar en tantas mujeres que han vivido para servir a la vida de otro, con frecuencia a la de su marido. (En una ocasión escuché a un viudo decir, “estaba preparada para cuidarme, he perdido a mi mayor admiradora”). Ellas, a menudo confundiendo su sueño con el del marido, adoptan el rol de Capitana, de Generala, de exploradora, porque él lo era.
Quizás por lealtad al esposo defienda su misma postura. Y luego, en la reflexión sobre la propia existencia se pregunta qué hay del sueño de ella misma.
La Sra. Peary, Josephine pudo quedarse en su espacio de confort, en Washington, sin embargo, algo la movió a seguirle. Acompañar es también una oportunidad para vivir en primera persona experiencia existenciales, y no le quita ni un ápice de valor que fuera la esposa de Robert Peary. Quizás la curiosidad por otras culturas, la pasión por la aventura, la locura, el amor, la inconsciencia, el deseo de hacer historia la llevó a seguir a su marido y aceptar el Polo Norte como un asunto familiar.
“La obsesión personal de Robert con el Polo Norte paso a ser un asunto familiar”.2
Coixet consigue, con su magnífico hacer, algo más que un visionado de la película. Me despierta curiosidad por indagar sobre la vida de la Sra. Peary. Descubro a Josephine Cecilia Diebitch, nacida en Maryland, EEUU, el 22 de mayo de 1863 y fallecida en Portland, EEUU, el 19 de diciembre de 1955, a la edad de 92 años.
Josephine Diebitch no suena, quizás por Peary se encuentre alguna relación con exploradores, y sin embargo, ésta mujer recibe reconocimiento de la National Geographic Society en 1955 con la Medalla al Logro por su implicación incondicional al mundo de las expediciones árticas. Josephine es la primera mujer blanca en participar en una expedición al Ártico. 3 Y en hibernar en la larga noche polar, además de contribuir al conocimiento de la cultura inuit con sus detalladas observaciones etnográficas. Así mismo, gracias a sus observaciones descubre que Groenlandia es una isla y no una península como se pensaba hasta entonces.
Escribió tres relatos sobre su experiencia de vida y observaciones etnográficas que fueron en su día verdaderos éxitos de ventas, como su ‘Diario ártico’, traducido por la Línea del horizonte ediciones.
The Snow Baby (1901) donde Josephine Diebitch registra el nacimiento de su hija, Marie Ahniguito Peary, en su segundo viaje por las frías tierras del Ártico. Y Children of the North (1903).
Isabel Coixet hace honor a la memoria de ésta intrépida aventurera. Con su gesto rescata del olvido a ésta mujer que no pasó desapercibida en su época. No es nuevo y ya se sabe que mientras las mujeres sobresalientes están vivas, suelen ser conocidas y con cierta popularidad. Sin embargo, una vez fallecidas parece que se disuelvan y que se evapore su obra, su recuerdo. Quedando sumidas en un letargo, en un olvido. Solo algunas pocas mujeres, son recordadas en los libros. Las nuevas generaciones de mujeres no tienen donde mirarse. Los hombres suelen guardan el recuerdo permanente de sus referentes en la historia, en la mitad de la historia.
Por eso me alegra y me llena de orgullo ésta hermosa película, Nadie quiere la noche, desde la visión femenina de Isabel Coixet recordando la vida y obra de Josephine Diebitsch Peary, mujer diferente y extraordinaria en su época, para que lo siga siendo hoy también.
El cine, una vez más nos acerca la cultura, dando sentido, humanizando y poniendo en valor la otra mitad de la historia, la que construyen las mujeres con su hacer. Otro día más, me voy contenta a mi trabajo, al frente de batalla para combatir al actual enemigo común de la humanidad.
María Tesías Herrera
Auxiliar de Enferemería
Lda. en Sociología
Master en Promoción de la Salud y Salud Comunitaria
- Como los vídeos que ofrece “Somos Cine” de rtve a la carta.
https://www.rtve.es/alacarta/videos/somos-cine/nadie-quiere-noche/4257427/
3. https://es.wikipedia.org/wiki/Josephine_Cecilia_Diebitsch_Peary