Antonio Banderas cumple con su tradición y saca el trono de la Virgen de Lágrimas

La Iglesia de San Juan era un hervidero de gente desde primera hora de la mañana. El malagueño llegaba con su pareja Nicole Kimpel con una hora de antelación para vestirse junto a su hermano Chico Banderas en la abacería, en el interior de la iglesia.

Fiel a su compromiso con las Reales Cofradías Fusionadas y con su Virgen, María Santísima de Lágrimas y Favores, el actor y director Antonio Banderas ha vuelto a guiar los pasos del trono por las calles de la ciudad este Domingo de Ramos.

Ambos acumulan cientos de anécdotas juntos. Desde bien temprano seguían la procesión, con el anterior horario de Lágrimas, a través de los barrotes del balcón en la calle Sebastián Souvirón. Después, la fama de Antonio ha hecho que los hermanos no puedan compartir demasiados momentos cofrades por las calles de Málaga. Suelen seguir las procesiones desde el hotel Larios.

En sus redes sociales, Banderas ha declarado que en el Domingo de Ramos «se une lo espiritual con la tradición, con la identidad, con el arte, con la cultura popular y con la obra social y solidaria». Este sábado se le pudo ver también en el acto de encendido de velas de la hermandad.

Es llamativo cómo en la época del selfie nadie se acerca a él durante la procesión, que realiza con el capillo verde puesto de su equipo de mayordomo. Málaga ha entendido después de tantos años que la estación de penitencia es un momento íntimo para el actor y el resto de cofrades.

El actor ha interpretado el himno de la corporación junto al resto de los hermanos de la cofradía, probablemente, uno de los momentos más emocionantes de la jornada después de dos años sin una estampa así. En la salida, Banderas se ha unido al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia, entre otras autoridades.