El pueblo de Alozaina se extiende desde el Valle de Río Grande hasta la cima de Sierra Prieta, poniendo en contacto las tierras del valle con las montañas orientales de la Serranía de Ronda.
Esta posición elevada al borde occidental del Valle del Guadalhorce permite a Alozaina disfrutar de un paisaje natural variado. Uno de sus lugares de mayor belleza es el de La Ventanilla en las laderas de Sierra Prieta. Desde él se puede apreciar una magnífica panorámica del Valle del Guadalhorce.
Por huellas como las obtenidas en Las Cuevas del Tajo de Jorox parece que ya hubo presencia humana en estas tierras desde el Neolítico pero los primeros asentamientos urbanos no aparecen hasta la época romana.
El pueblo de Alozaina se extiende desde el Valle de Río Grande hasta la cima de Sierra Prieta, poniendo en contacto las tierras del valle con las montañas orientales de la Serranía de Ronda.
Por huellas como las obtenidas en Las Cuevas del Tajo de Jorox parece que ya hubo presencia humana en estas tierras desde el Neolítico pero los primeros asentamientos urbanos no aparecen hasta la época romana.
El nombre actual de la localidad viene del período de dominación árabe, Alhosaina, que significa “pequeño castillo”.
De este castillo al que se hace referencia todavía quedan hoy día algunas ruinas.
Con los árabes, Alozaina rebasó los límites de la antigua fortaleza romana, creándose un conjunto urbano alrededor de la misma e incluso algunos arrabales..
Alozaina se Convirtio tras la reconquista cristiana en 1484 en un asentamiento abierto alrededor del castillo.
Como anécdota histórica destacada podemos citar la que tuvo lugar durante la rebelión de los moriscos de 1570, cuando las mujeres capitaneadas por María Sagredo, hicieron frente a una incursión por sorpresa de las tropas del rebelde Zebalí.
En el año 1977, Alozaina fue galardonada con el primer Premio Nacional de Embellecimiento de Pueblos de España.