El término de Cútar se extiende hacia la zona de las antiguas Rozas de Vélez (territorio que se repartió con el fin de poder cultivar el cereal para obtener el pan), por el río de la Cueva, limitando con las aldeas de Comares. Las
referencias a Cútar son frecuentes en las fuentes andalusíes.
Contó con importantes fuentes y molinos, y un urbanismo propio de las una alquería andalusí aún reconocible en la actualidad. Durante el período nazarí fue parte de la Taha (división administrativa del reino nazarí de Granada) de Comares.
LOS MANUSCRITOS DE CÚTAR
El increíble hallazgo de los manuscritos o libros de Cútar ocurrió durante una reforma en una casa de esta alquería en el año 2003. Tras un falso muro aparecieron tres libros escondidos en el año 1500 por el afaquí e imam de la mezquita de Cútar, Muhammad Ben Alí Ben Muhammad Al-Yaiar al-Ansaari, antes de marcharse a no sabemos qué destino
debido a las duras condiciones de vida impuestas a mudéjares y luego moriscos. La presencia de un destacado alfaquí como fue Al-Yayyar y el hallazgo de sus impresionantes manuscritos nos hablan de la importancia que debió tener Cútar a finales de siglo XV
De los tres libros hallados, uno de ellos es uno de los Coranes más antiguos y mejor conservados del mundo, otro es un libro de oficio con obras de consulta sobre temas como herencias o contratos de compra-venta, y el tercero es un libro cuyo contenido es mucho más personal con textos de tipo religioso, sobre astronomía o magia, con talismanes, con anotaciones de hechos históricos y poemas. En este último aparece un lamento por la pérdida de al-Ándalus en forma de dos poemas zéjeles escritos por el propio alfaquí.
En junio de 2003, cuando se procedía a hacer unos trabajos de remodelación de un inmueble en Cútar (provincia de Málaga) y al derribar un muro de tapial en la primera planta, aparecieron tres libros manuscritos en lengua árabe, que estaban recubiertos de paja y depositados en un vano tapiado, empotrado en el muro (Calero Secall: 2006, 151). Además de un Corán, posiblemente de finales del siglo XII o primeros del XIII, aparecieron otros dos volúmenes misceláneos, ambos de finales de la época nazarí, que han sido estudiados minuciosamente por María Isabel Calero Secall. Gracias a este tesoro escondido, se ha podido conocer mejor la labor diaria y las notas personales del que fue imam de la mezquita de Cútar en época mudéjar, Muḥammad b. ‘Alī b. Muḥammad al-Ŷayyār al-Anṣārī. Dice María Isabel Calero: “no sería aventurado afirmar que fuera el mismo al-Ŷayyār o su familia quienes los escondieran al verse forzados a convertirse.
Convencidos, probablemente, de que los tres libros constituían un patrimonio familiar, un tesoro, que encerraba recuerdos o documentos de la propia familia o de su comunidad, los guardan secretamente por si la situación algún día cambiaba y podían ser recuperados”.