La evaluación del impacto del hotel-rascacielos en el muelle de Levante en el paisaje patrimonial de Málaga elaborado por el Comité Nacional Español de Icomos señala entre sus recomendaciones «renunciar» al futuro proyecto del hotel rascacielos en el dique de Levante del puerto de Málaga.
Icomos señala entre sus recomendaciones «renunciar» al futuro proyecto del rascacielos en el dique de Levante del puerto de Málaga
En concreto, precisa que esta postura está fundamentada, principalmente, en el impacto «irreversible por la naturaleza permanente de la edificación en las dos escalas analizadas: el paisaje patrimonial de Málaga y el de su puerto«.
En ambos casos, continúa el documento, tanto desde el punto de vista visual y objetivo, como desde el subjetivo y simbólico, el impacto «degradaría la imagen y los excepcionales valores paisajísticos de la ciudad, y muy particularmente los patrimoniales«.
Por otro lado, también se recomienda que aceptar cualquier construcción que se establezca en la plataforma del muelle de Levante tiene, entre otros, que «contener una reflexión y conocimiento previos, serios y profundos» de los paisajes a los que afectaría y de cuál sería el alcance de su impacto.
En este sentido, además, se añade que «no es que deba evitar la amenaza», sino que «ha de valorarse su aportación para incrementar el valor del paisaje patrimonial de la ciudad«.
Por último, inciden en que debe adaptarse a la escala propia del lugar, que viene determinada por la presencia de «un hito fundamental» en el paisaje e imaginario social de Málaga, La Farola, y por la del resto de los elementos patrimoniales del puerto.
Así, insiste el documento en que no deben tomarse como referencia, o atributo urbano susceptible de ser reconducido y ordenado, los volúmenes y alturas de La Malagueta, «que son el resultado de una mala praxis urbanística y muy alejados de un planteamiento urbanístico y paisajístico adecuado«.
En este punto, se advierte de que «no se comparte que el proyecto venga a poner orden, sino a imponer un orden propio que, tomando como excusa la desproporción de La Malagueta, beneficia exclusivamente al hotel-rascacielos«.
Por otro lado, también el organismo propone entre sus recomendaciones que las administraciones competentes, la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta y el Ayuntamiento de Málaga, desarrollen «un análisis detallado sobre el paisaje patrimonial de Málaga, en el que se determinen sus valores, su proyección espacial, su sectorización y otros extremos que establezcan estrategias para su protección«.
En concreto, continúan, en el análisis deberá «hacerse una reflexión profunda y detallada de los escenarios, perfiles y significados que posee el paisaje histórico de Málaga, así como identificar las áreas de mayor fragilidad paisajística desde el punto de vista patrimonial«.
Por otro lado, ya en el apartado de evaluación propuesto por el organismo se incide en que la dimensión del hotel-rascacielos, en el dique de levante, «empequeñecería el resto de los hitos y transformaría el paisaje patrimonial de Málaga y de su puerto en un recurso más de una actividad privada: las vistas desde el hotel«.
Se añade, además, que el proyecto, por su escala y dimensiones «altera el paisaje patrimonial histórico de la ciudad, dado que, aunque no tenga su lugar en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, no quiere decir que no exista este paisaje patrimonial, y lo mismo sucede con el de su puerto«.
De igual modo, el informe apunta a que «la función del hotel-rascacielos también es desproporcionada, cuantitativa y cualitativamente, en relación con el equilibrio de usos que debe mantener un puerto histórico«.
Por otro lado, también en el apartado de evaluación del organismo se incide en que el paisaje patrimonial de Málaga, tanto el general de la ciudad, como el de su puerto como parte esencial, «poseen un valor excepcional como paisaje evolutivo» de una población que durante casi 3.000 años ha venido, «sin renunciar a su vocación marítima, readaptando sus funciones e imagen a las necesidades y estrategias de cada época«.
Así, aseguran que las instituciones, y sobre todo la población malagueña, «deben ser conscientes del gran recurso socioeconómico y cultural que significa el paisaje patrimonial de Málaga».
Por ello, a juicio de Icomos, «cualquier proyecto de envergadura que se acometa en la ciudad debe partir de estas premisas y acompañarse de los estudios y debates oportunos, sosegados y de amplio eco ciudadano que antecedan de forma preventiva cualquier acción de presunto impacto inadecuado en el elemento patrimonial más valioso de Málaga: su paisaje«.
Al respecto, según la evaluación de Icomos, «no se ha identificado, entendido, ni protegido el paisaje patrimonial de las dos escalas citadas en el punto anterior, ni por el proyecto, ni por ningún documento o directriz pública«. Es más, continúan asegurando que «no hay un reconocimiento de valores materiales e inmateriales, ni forma clara y objetiva de tutelarlos: ni la legislación estatal, ni la autonómica, ni las normativas municipales reconocen los valores patrimoniales del paisaje patrimonial de Málaga, ni los de su puerto».
En este último caso, agregan, los problemas provienen de que el puerto no es concebido ni catalogado como un puerto histórico a pesar de sus casi 3.000 años de antigüedad. «Es un elemento vivo, funcional e identitario básico en la ciudad, y aun en Andalucía, pero sin reconocimiento institucional patrimonial alguno como tal«, sostiene.