Esta parte ha venido cuestionando la versión oficial accidental de los investigadores, en la que la niña anduvo sola más de cuatro kilómetros por la vía y fue golpeada por un tren. Desde un principio, la familia ha sostenido que no se practicaron en su momento determinadas diligencias que consideran «necesarias» para saber lo que ocurrió esa noche con la pequeña.
Según han informado a Europa Press fuentes cercanas al caso, esta parte solicita al Juzgado de Instrucción que autorice la práctica de nuevas diligencias, para que no se dé aún por cerrado el caso, entre las que está la intervención en la investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que se tome declaración a más testigos y se determine el tráfico de teléfonos móviles.
Esta parte cuestiona cómo se garantiza que las heridas que la niña tenía las hubiera producido el tren si en el informe definitivo se indica que «no se ha obtenido resultado positivo en el proceso de cuantificación de ADN» para las cuatro muestras tomadas debajo del convoy; teniendo en cuenta además la posición del cuerpo de la pequeña, según las fuentes. Así, insta a que se remita, si existe, el examen histopatológico de las heridas de la menor.