Las escorrentías siguen elevando el aporte hídrico, que ya supera los 46 hectómetros cúbicos en los últimos siete días
Los pantanos de Málaga continúan, poco a poco, ganando agua gracias a las escorrentías que aún perviven tras las últimas precipitaciones. Su efecto, si no vuelve a llover en cantidades significativas, tal como está previsto a corto plazo, seguirá decreciendo hasta alcanzar valores residuales en las próximas jornadas. Sin embargo, el aporte hídrico durante la última semana (del pasado lunes a este), supera ya los 46 hectómetros cúbicos haciendo escalar el acumulado total de los embalses de menos de 95 a más de 141, según los datos de la red Hidrosur de la Junta de Andalucía. Esto quiere decir que las reservas han crecido un tercio en solamente siete días; en términos de consumo, esta ganancia se traduce en agua para más de un año, por ejemplo, para un núcleo de población del tamaño de la capital malagueña. Lo que no quiere decir, ni mucho menos, que se haya salido de la sequía, puesto que las reservas apenas están todavía al 23%.
Esta salvada in extremis para los pantanos es la cara más amable de una DANA que ha dejado efectos devastadores dentro y fuera de la provincia. Obviando el caso valenciano, con 214 fallecidos acorde a los últimos datos oficiales, un número indeterminado de desaparecidos y pérdidas materiales millonarias; en Málaga, territorios como Álora, Pizarra, Cártama, Valle de Abdalajís o Alhaurín de la Torre fueron igualmente pasto de las lluvias torrenciales y la fuerza destructora de ríos y arroyos el martes, que también dejaron una víctima mortal un día más tarde en el hospital. El desbordamiento del Guadalhorce en Cártama provocó la inundación de zonas como Estación de Cártama o la barriada Doña Ana; mientras que en Álora la salida del caudal de este río, además en viviendas y cultivos, provocó daños en la red de agua y en las carreteras. En ambos casos aún quedan días por delante para recobrar la normalidad.