La violencia vuelve a golpear a la sanidad: una médica agredida en Málaga por negarse a recetar un antibiótico

La jornada del pasado 15 de octubre en el centro de salud Alameda Perchel, en Málaga, terminó con una escena que ningún profesional sanitario debería vivir. Una médica de familia fue brutalmente agredida por una paciente que exigía, sin justificación médica, la prescripción de un antibiótico.

Según fuentes sanitarias, la facultativa valoró el cuadro clínico de la paciente y determinó que el medicamento solicitado no estaba indicado. La respuesta desató la ira de la mujer, que comenzó a insultar y amenazar a la doctora. La situación escaló hasta derivar en golpes, bofetadas y tirones de pelo. La médica logró activar el botón antipánico del centro, aunque cuando el personal de seguridad acudió, la agresora ya había abandonado las instalaciones.

La víctima, que ha presentado denuncia ante la Policía Nacional, se encuentra en proceso de recuperación emocional tras el ataque.

Reacción del colectivo sanitario

El Sindicato Médico de Málaga (SMM) convocó una concentración de apoyo frente al centro de salud para respaldar a la profesional y reclamar medidas más firmes contra la violencia en el ámbito sanitario. Con carteles y silencios simbólicos, los compañeros exigieron protección y respeto para quienes cada día sostienen la atención primaria.

Este nuevo episodio eleva a 46 las agresiones a médicos registradas en la provincia durante 2025, 16 más que en todo el año anterior. El incremento del 35% alarma al sector y reaviva el debate sobre la falta de recursos y protocolos efectivos para prevenir este tipo de incidentes.

Una escalada preocupante

Los profesionales alertan de que las agresiones, tanto verbales como físicas, se han convertido en un problema estructural. “No se trata solo de una cuestión de seguridad, sino de dignidad y confianza en el sistema público de salud”, señalan desde el SMM.

Mientras la Policía investiga el caso, el suceso de Alameda Perchel vuelve a recordar la urgencia de reforzar la protección a quienes, con bata y vocación, se enfrentan no solo a enfermedades, sino también, cada vez más, a la violencia de quienes deberían ser sus pacientes.