El histórico restaurante Atalaya, el más antiguo de Comares y uno de los establecimientos rurales más emblemáticos de la Axarquía, inicia una nueva etapa bajo la gestión de los empresarios Pedro Blanco y Samuel Larriba, quienes han tomado el relevo de la familia Robles tras casi tres décadas de trayectoria.
El restaurante, que permaneció cerrado durante dos meses, reabre sus puertas con una inversión de más de 30.000 euros destinada a mejorar sus instalaciones y renovar parcialmente su oferta gastronómica, sin perder su identidad tradicional. La cocina continuará dirigida por Eva Robles, cocinera de referencia del establecimiento desde sus inicios.
Tradición y nuevos sabores locales
Atalaya mantiene en su carta los platos más representativos de su historia, como las migas, el chivo en salsa de almendras o los choricitos al vino dulce, auténticos clásicos de la cocina comareña. A ellos se suman ahora recetas inspiradas en la cocina del hotel Posada del Bandolero (El Borge), también propiedad de Pedro Blanco, como el bacalao con vino dulce y pasas, el solomillo a la moscatel, la ensalada Axarquía —con aguacate y mango de la zona— y las chuletitas de chivo lechal malagueño.
“Queremos mantener lo mejor de la tradición, pero también ofrecer al visitante nuevas experiencias gastronómicas con productos de la tierra”, explica Blanco. Durante el mes de septiembre, la chef Eva Robles se formó en los fogones de la Posada del Bandolero para perfeccionar estas nuevas incorporaciones.
Vinos con identidad malagueña
La carta de vinos refleja la misma filosofía de kilómetro cero. Aproximadamente la mitad de las referencias proceden de la Axarquía y otras zonas vitivinícolas de la provincia, como la Serranía de Ronda, reforzando el compromiso del restaurante con la marca promocional Sabor a Málaga, a la que Atalaya lleva años adherido.
Un nuevo espacio con alma comareña
El establecimiento, que cuenta con capacidad para 120 comensales, conserva su decoración rústica tradicional y las chimeneas que tanto caracterizan su ambiente acogedor, pero incorpora nuevas zonas como un rincón temático dedicado a los verdiales, estilo folclórico que tiene en Comares uno de sus tres estilos reconocidos. “Queremos que sea un punto de encuentro y un lugar fotográfico que evoque las raíces del pueblo”, añade Blanco.
Tras su inauguración oficial el pasado 27 de septiembre, el restaurante y el hotel abrirán de jueves a domingo. Este último ofrece siete habitaciones con vistas panorámicas al valle y las sierras, en el enclave conocido como el ‘Balcón de la Axarquía’.
Con su reapertura, el restaurante Atalaya refuerza su papel como referente del turismo gastronómico rural en la provincia de Málaga, fusionando la autenticidad de la cocina tradicional con el dinamismo de una nueva gestión comprometida con el territorio y sus sabores.
