El cuerpo de la víctima, un joven español de 29 años, fue encontrado con heridas de arma blanca en un carril de tierra frente al hospital algecireño
El desenlace fue rápido. Apenas dos horas después del secuestro a tiros de un hombre en mitad de la calle en Estepona, la policía encontraba un cadáver en un carril de tierra de Algeciras. Exactamente, a 52,6 kilómetros de distancia, en una franja de costa asediada por el tráfico de drogas, la batalla que las Fuerzas de Seguridad del Estado libran contra él, y las guerras internas entre narcos que están dejando un reguero de muertes y violencia.
Durante las primeras horas, la Policía Nacional, que trabajaba en ambos sucesos, se mostró prudente a la hora de vincularlos, aunque los investigadores tienen ya meridianamente claro que el hombre secuestrado el martes por la noche en Estepona y el cadáver hallado horas después en Algeciras corresponden a la misma persona: un joven de 29 años, español y vecino de la Costa occidental, con antecedentes por drogas y contrabando de tabaco, según ha podido saber SUR.
La línea cronológica de los hechos arranca a las 22.45 horas en la avenida de España, en pleno centro de Estepona. Unos encapuchados –unas fuentes hablan de dos, otras de cuatro– abordaron a la víctima junto al restaurante Míster Noodles. El joven trató de huir, pero los asaltantes lo persiguieron por la calle mientras disparaban contra él. Terminaron alcanzándolo en la puerta del establecimiento Toolone, en la plaza de Ortiz, donde según testigos le dieron una paliza.
Tras la agresión, en la que parece ser que golpearon a la víctima con la culata de un arma en la cabeza, se presentó en el lugar un vehículo de alta gama, un BMW modelo X5, del que descendieron varios individuos para introducir al herido en el mismo y, a continuación, darse a la fuga. La policía movilizó a todas las patrullas de servicio y difundió por radio las características del vehículo por si alguna unidad se cruzaba con ellos. Pero no lograron interceptarlos.
A las 00.30 horas, la sala del 091 de la comisaría algecireña recibió una llamada de un ciudadano que decía haber encontrado a una persona inmóvil en el suelo. Se encontraba en un carril de tierra –sólo está asfaltado en los primeros metros– junto a la calle Santa Teresa Jornet, en la parte posterior de un asilo y enfrente del Hospital Punta Europa.
La víctima presentaba diversos signos de violencia, entre ellos varios golpes y heridas de arma blanca. Los agentes trataron de reanimarlo, pero comprobaron que carecía de signos vitales. Una ambulancia se desplazó hasta el lugar, pero los sanitarios solo pudieron certificar su muerte. Esa misma noche se intervino en la vecina localidad de San Roque el BMW X5 por si fue el que se utilizó en el suceso.
A falta aún del resultado de la necrorreseña dactilar, los investigadores dan por identificado al fallecido y están convencidos de que se trata de la misma persona secuestrada un par de horas antes en Estepona, ya que coincide la descripción física –incluidos los tatuajes de la víctima– y no consta denuncia de desaparición de alguien con las mismas características. En el caso trabajan al alimón agentes de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) de la comisaría de Estepona y de la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Algeciras, además de Policía Científica.
En el último mes, el litoral occidental ha sido escenario de varios episodios violentos. Los agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico achacan la espiral de violencia a distintos factores, pero todos coinciden en uno: el aumento de los ‘vuelcos’, que es como se denomina en el argot policial a los robos de alijos de droga entre traficantes.