Una de las innovaciones del proyecto es su apuesta por la energía geotérmica. Se aprovechará la cimentación del túnel para generar energía
Málaga está cada vez más cerca de enterrar el tráfico que atraviesa su litoral y conectar dos de sus zonas más emblemáticas. El futuro túnel de 2,3 kilómetros, una de las obras más ambiciosas del Plan Málaga Litoral, promete transformar por completo la movilidad en el centro de la ciudad, eliminando los atascos en el Paseo de los Curas y Muelle Heredia.
El anteproyecto, elaborado por la consultora Esteyco, estimaba que la ejecución del túnel costará más de 324 millones de euros, incluyendo la urbanización en superficie. Este paso soterrado liberará hasta 100.000 metros cuadrados para los peatones, consolidando una conexión más fluida entre el Centro histórico y el Puerto.
La infraestructura contará con dos tubos independientes, con circulación unidireccional. El tramo central tendrá dos calzadas superpuestas con tres carriles por sentido, mejorando la operatividad de los autobuses que llegarán al futuro intercambiador de La Marina. Además, el carril izquierdo de ambas calzadas estará reservado para autobuses y vehículos de alta ocupación.
El diseño del túnel ha sido cuidadosamente planificado para minimizar el impacto ambiental. Se desplazará la trazada hacia el sur para evitar afectar la alineación de los plátanos en el Paseo de los Curas, aunque algunos árboles singulares podrían verse afectados. La construcción se realizará mediante el método «cut and cover», similar al utilizado en el Metro de Málaga.
Un túnel a la última
Una de las innovaciones del proyecto es su apuesta por la energía geotérmica. Se aprovechará la cimentación del túnel para generar energía que podría abastecer edificios cercanos, logrando una reducción del consumo energético de hasta un 90%.
El diseño interior del túnel también se ha trabajado para garantizar una mejor experiencia de conducción. Se han planteado tres opciones de revestimiento, incluyendo paneles fonoabsorbentes para reducir el ruido y mejorar la iluminación. La elección final buscará una combinación entre funcionalidad y estética urbana.
A pesar del entusiasmo por el proyecto, la principal incertidumbre sigue siendo su financiación. La ejecución del Plan Málaga Litoral depende del respaldo de la Junta de Andalucía y del Gobierno central, ya que el Ayuntamiento no cuenta con recursos suficientes para afrontar en solitario una inversión de tal magnitud. Aún así, el apoyo ciudadano está ahí: según una encuesta de la Universidad de Málaga, el 76% de los malagueños ven con buenos ojos esta gran transformación urbana.