Los trabajadores del Tívoli tiran la toalla ante los Tribunales
A pesar de que el parque era rentable, la larga batalla acaba con el despido de toda la plantilla; sin embargo, los trabajadores aseguran que seguirán cuidando del parque
Finalmente, han decidido tirar la toalla. Los trabajadores del parque de atracciones, que se encuentra en concurso de acreedores y cerrado desde 2020, se reunieron este martes en asamblea y decidieron no recurrir al Supremo la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que dictaminó el despido colectivo de la plantilla.
«Hay muchos trabajadores muy cansados. Son tres años y medio con el parque cerrado al público y la situación económico es insostenible para muchas de estas familias», asegura Juan Ramón Delgado, el presidente del comité de empresa de Tívoli cuyos empleados han decidido este martes en asamblea no recurrir la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que, hace una semana, avalaba la decisión del Juzgado de lo Mercantil que establecía la extinción de los contratos de todos los trabajadores rechazando el recurso del comité laboral. El parque de atracciones de Benalmádena (Málaga) lleva tres años y medio cerrado al público aunque sus 80 empleados han acudido, a diario, a llevar a cabo labores de vigilancia, limpieza y acondicionamiento del recinto.
«Mantendremos la lucha pero ahora fuera del ámbito judicial. Seguiremos intentando que el Ayuntamiento de Benalmádena pueda reabrir. Nosotros nos vamos al paro y tendremos que ver quien asume ahora la limpieza del parque, la vigilancia del recinto. La situación es complicada para nosotros; hay que respetar la decisión de la mayoría. Ahora toca esperar para saber cual será el futuro de Tívoli»
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado hace unos la resolución del Juzgado de lo Mercantil número uno de Málaga por la que se acordó estimar la solicitud del administrador concursal de la extinción colectiva de los contratos de trabajo de la plantilla del Parque de Atracciones Tívoli, en la localidad malagueña de Benalmádena, cerrado desde 2020.
La resolución del juzgado de lo Mercantil fue recurrida por el comité de empresa, al considerar, entre otros argumentos, que existían causas para la nulidad, como la falta de competencia de la jurisdicción mercantil y defectos de contenido y pronunciamiento por sucesión de empresas distintas a la que estaba en concurso de acreedores.
Después de dos horas de asamblea, los trabajadores fijos-discontinuos así lo votaron frente a los fijos con 28 votos frente a los 26. La mayoría de los discontinuos son más jóvenes y han encontrado trabajo y han preferido dejarlo estar, mientras que la mayoría de los fijos son mayores, en torno a los 50 años.