No acostumbro a entrar si no hay clientes, me atenaza un extraño miedo pasar viendo la barra de bar y las mesas vacías, es como un mal presagio, sin duda es un reflejo de mi propio estado siempre vagando solo sí, entre la multitud que pasan a mi lado pero que aunque les salude cortésmente ni tan siquiera se dignan a contestarme, a veces pienso si seré invisible o simplemente todos me ignoran, no sé, igual estoy en otro espacio en otro tiempo a veces pienso, ¿estaré muerto?
Pero por algún capricho del azar entré, tampoco vi al barman tras la barra, así que simplemente tomé un taburete y me senté a esperarle sin duda estaría en la cocina o en el pequeño almacén donde guarda la mercancía.
La estridente música que se oía procedente de un videoclip que emitía un canal de televisión no era desde luego la más apropiada para el local pero su dueño, un joven de unos veinticinco años que había acabado la carrera de derecho, había regresado al pueblo tras el fallecimiento de su padre para hacerse cargo del bar y prepararse las oposiciones de secretario del Ayuntamiento.
Fue un leve quejido, un lamento que dudé haber oído y del que no conseguía adivinar su procedencia, podría haber sido de los zombis que se veían en el videoclip, podría haberlo imaginado, deseché cualquier pensamiento de que proviniese del bar, no había nadie. Sentí un impacto en mi pecho y cuando llevé mi mano inmediatamente ésta se empapó en sangre, me había levantado del taburete dado que el impacto estuvo a punto de tirarme y empecé a sentirme mareado, mi vista se nubló y caí al suelo.
¿Hola, como se encuentra?, oía, pero me costaba abrir los ojos, me pesaban los parpados hasta el punto de que no obedecían a mis ganas de saber dónde estaba, así que solo pude responder -no sabría decirle-, espero que siga en el mundo de los vivos pero apostaría que solo estoy al sesenta por ciento, ¡más muerto que vivo!.
Bueno, al menos tiene sentido de humor, en su estado ya es mucho, -oí que decía- y ahora si veía a doctor Sánchez Ramos que es lo que ponía en la placa que prendía de su blanquísima bata.
¿Qué me ha ocurrido doctor?, pregunté, -le han disparado-. ¿Cómo, quien, por qué?
-Estaba en el lugar y en el sitio equivocado-, ¿y eso que quiere decir?
Una publicación de la Diputación de Málaga. Míralo en el enlace https://issuu.com/rrss.malagamagazine/docs/charcas_y_pozas_de_m_laga__libro_di
Esta publicación nos invita a conocer unos pequeños fragmentos de naturaleza que no suelen tener cabida en las guías turísticas: las charcas y pozas de los ríos. Se trata, sin duda, de rincones con personalidad propia, con determinadas características que los singularizan en relación con el cuerpo al que pertenecen.
Las charcas y pozas crean habitualmente espacios de gran belleza y constituyen por ello un destino predilecto para muchos excursionistas, incluso cuando se ubican en lugares recónditos y de acceso complicado.
Más información en la Diputación de Málaga y la web www.malagamagazine.es
La actualidad contada de manera rigurosa, con dosis de humor inteligente y golpes desternillantes, por Manu Sánchez, un surnormal profundo. Dieta Mencu, es un método de adelgazamiento avalado por mas de once años de experiencia, y en el que no solamente aparecen dietas sino que incorpora cómo llevar una buena alimentación sana y equilibrada, porque para poder llegar al peso ideal es imprescindible alimentarnos de una manera determinada y tener unos buenos hábitos. También incorpora uno de los pilares más importantes del ser humano que es el emocional. Una noche de verano, Be sufre una brutal agresión. Mientras un equipo médico lucha por salvarle la vida, el inspector Jorge Driza se hace cargo del caso. Los primeros pasos de la investigación apuntan como autor del crimen al marido de la joven. Sin embargo él lo niega. A lo largo de unas horas, el policía, acosado por el fantasma de la infidelidad en su propia vida, y la pareja de la víctima, que esconde un secreto, entablarán un tour de force que sacará a la luz el pasado de la pareja.
A través de los personajes de Mercedes y Trini, en el libro se recorrerán los avatares del Hotel Miramar desde los años veinte (cuando aún se denominaba Hotel Príncipe de Asturias) hasta 1967 cuando se produce el cierre de este emblemático establecimiento. Cuando diagnosticaron a la hija de Elisabet Pedrosa (autora) de Síndrome de RETT su mundo se hundió. Fue entonces y con el paso del tiempo cuando decidió iniciar un dietario que ha desembocado en este libro: un viaje a través del dolor que se transformará finalmente en una gran oportunidad por reformularse y convertir la discapacitación de la hija en un gran sí a la vida. Un viaje por el mundo caminando. Una aventura que narra en este libro el malagueño Nacho Dean después de terminar su travesía que le llevó a recorrer infinidad de países y vivir muchas experiencias Con este libro se ha pretendido recopilar las recetas más representativas de la cocina tradicional malagueña. Historias con distintos desenlaces, pero con un denominador común: ICTUS CEREBRAL. Demos la vuelta al ictus es un proyecto solidario y los beneficios recaudados de la venta de ejemplares irán destinados a Asociación Mercader, para que sigan ejerciendo su labor de apoyo a estos pacientes y sus familiares, tras el alta hospitalaria. Su principal objetivo es darle la máxima visibilidad y concienciar de su importancia ¿Qué pasaría si un día despiertas y no puedes moverte y mucho menos hablar? ¿Cómo te sentirías si escuchases todo a tu alrededor pero los demás no supiesen que puedes hacerlo? Esto es lo que siente una persona que ha despertado tras un coma y, esto es lo que se encontró Marcos cuando revivió tras años inerte. Un mundo en el que nada se tiene por seguro, ni siquiera la muerte.
Pues que unos delincuentes habían entrado a robar al Bar de Ramón al cual llevaron al almacén para que les abriera la caja fuerte, al salir y verle en la barra no tuvieron otra opción que dispararle. Han asesinado a Javier el hijo de Ramón, sin duda no querían cabos sueltos.
¿Les han cogido?, ¿cómo es posible? En pleno siglo XXI, que sigan pasando estos hechos tan bárbaros…
Sí, en su precipitada huída aún han dejado un reguero más de sangre. Se han llevado por delante un guardia civil que estaba en un control de alcoholemia a la salida del pueblo, eso hizo que se pusiera todo un operativo de los cuerpos de seguridad del estado, y han conseguido cazar a esos malnacidos, y todo por trecientos euros que es lo que habían conseguido de botín.
Ahora les caerá la del pulpo, dije sin mucha convicción, pues no, –no les pasará nada-, la voz era de una chica, la enfermera, que indignada dijo -son menores de edad-. Su sentencia calló como una losa, yo prendí hablar pero no tenías fuerzas y me embargaba una gran tristeza.
Doctor Sánchez, ¿cómo estoy dígame su diagnóstico? Se pondrá bien la bala no ha tocado ningún órgano vital, perdió mucha sangre de ahí la debilidad que aún tiene, si no surgen complicaciones en una semana le daré el alta.
Los jóvenes, todos ellos menores de edad habían robado un coche en el pueblo de al lado y sin rumbo fijo, habían decidido realizar una serie de atracos pequeñas cantidades es lo que habían conseguido, no saben cómo habían dado ese salto, robar era una cosa pero lo que habían hecho no tenía perdón de Dios, habían matado a un joven en la flor de la vida y a un hombre casado, con dos hijos y tres nietos, pero lo peor de todo es que no sentían ni tan siquiera remordimientos y con unas leyes tan laxas tampoco tendrían un castigo proporcional a la bestialidad cometida.
Pasé la noche sin poder dormir, no estaba muerto, lloré de rabia e impotencia, la vida es imprevisible… lo que nos puede deparar pero de sentirme desubicado pasé a desear recuperarme lo más rápidamente posible, quería vomitar mi cólera hacia esos infames que habían cegado dos vidas humanas, cierto es que mi caso me habían despertado a la vida aunque con unos enormes deseos de justicia ante la injusticia que habían propiciado.
La mañana me trajo pesadumbre, todo el pueblo se había echado a la calle, la muerte del joven Javier fue un duro mazazo y la tristeza invadía cada rincón, cada calle, cada plaza, lo mismo sucedía en el pueblo del guardia civil, mientras tanto a setenta kilómetros en la capital
cuatro jóvenes asesinos desayunaban sin miedo, sin remordimientos con un extravagante desafecto a los sentimientos de solidaridad por la vida de quienes en breves momentos comenzarían sus exequias.