El pueblo mágico situado entre viñedos, callejones blancos y cocina de raíz, este pueblo malagueño se alza como una joya serrana para redescubrir Andalucía interior
Cuando el calor del verano se apaga y los montes de la Axarquía se tiñen de tonos ocres, Cómpeta se revela como uno de esos destinos que parecen hechos para el otoño. A medio camino entre el mar y la montaña, este pueblo blanco de la Costa del Sol interior —conocido como la Cornisa de la Costa del Sol— guarda el encanto de los lugares que invitan a detener el reloj.
Encajado entre las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, Cómpeta conserva el alma de los antiguos pueblos andalusíes. Su nombre, de origen latino (Compita-Orum, “cruce de caminos”), ya delata su historia como punto de encuentro entre culturas. Hoy sigue siéndolo, pero para los viajeros que buscan paisaje, tradición y buena mesa.
Sus calles empinadas y encaladas, que serpentean hasta miradores con vistas al valle del Turvilla, desembocan en la Plaza Almijara, corazón vital del municipio. Allí se levanta la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, conocida como la Catedral de la Axarquía, con una imponente torre neomudéjar y frescos de Francisco Hernández que sorprenden al visitante. A pocos pasos, el Paseo de las Tradiciones, decorado con murales cerámicos de Antonio Rivas, resume la esencia popular de Cómpeta en cada azulejo.
Más allá del casco histórico, el pueblo despliega un mosaico de lugares pintorescos: la Ermita de San Sebastián, la de San Antón —desde la que se domina todo el horizonte—, el Museo de Artes y Costumbres, o las Casas Colgantes junto a la Plaza de la Vendimia, donde cada agosto se revive la pisa de la uva durante la célebre Noche del Vino, declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía.
Pero Cómpeta no solo se mira: se saborea. Su vino moscatel —dulce, semidulce o seco— es símbolo de identidad y orgullo colectivo. Lo acompañan platos de cuchara como las migas, el potaje de hinojos, el choto al ajillo o el lomo con orégano, recetas de antaño que encuentran en el otoño su mejor estación.
Los amantes del senderismo tienen aquí un paraíso discreto: nueve rutas señalizadas se adentran en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, territorio de cabras montesas, águilas reales y panorámicas inolvidables desde el Puerto del Collao.
Cómpeta es, al final, una postal viva de la Axarquía: blanca, luminosa, hospitalaria. Un destino que combina paisaje, cultura y gastronomía, y donde cada paso entre sus calles empedradas parece una invitación a quedarse un rato más.
Lo que comenzó como un intento de robo en un aparcamiento terminó convirtiéndose en una…
El Consejo Andaluz de Turismo avala la declaración de tres nuevos Municipios Turísticos y destaca…
Asomarse al Balcón de Europa es una de esas experiencias que definen un viaje a…
Después de más de cuatro décadas de olvido institucional, los técnicos superiores sanitarios han decidido…
Vive la Sierra de las Nieves: naturaleza, gastronomía y experiencias para toda la familia En…
La jornada del pasado 15 de octubre en el centro de salud Alameda Perchel, en…