La condición de pueblo colgante de Casares, el paisaje de pueblo blanco andaluz de Mijas, o el museo callejero de Genalguacil son valores destacados por la publicación
La prestigiosa revista National Geographic ha incluido a seis municipios de la provincia de Málaga en la relación de pueblos más bonitos de España. Dos de ellos están en la Costa del Sol: Mijas y Casares, otros dos en la Serranía: Ronda y Genalguacil, y a ellos se suman Frigiliana, en la Axarquía, y Archidona, en la comarca de Antequera.
Acerca de Casares, la publicación lo define como una «panorámica teñida de cal que embelesa por la disposición de sus casas como terrones de azúcar apilados, de ahí que se bautizara a Casares como un pueblo colgante«.
Entre sus puntos de interés destaca al castillo como «una fortaleza construida por los árabes en el siglo XIII, fue creada como bastión defensivo del reino nazarí, y sus murallas delimitaban la extensión del pueblo». También hace referencia a la iglesia de la Encarnación «con un campanario mudéjar, el templo parroquial de San Sebastián y la pintoresca ermita de Veracruz».
En cuanto a Mijas, lo define como «un blanco que conforma el paisaje más clásico de los pueblos blancos andaluces, perfectamente conjuntado con las macetas azules que cuelgan de las paredes y de las flores de rojo intenso que emergen de ellas».
Como lugares de interés, se refiere a «una escultura de bronce junto a la Oficina de Turismo» como «protagonista de la plaza de la Virgen de la Peña. Se trata de un burro, el símbolo de la localidad».
Para National Geographic, Genalguacil es un pueblo cuyos límites «están a cobijo del Valle del Genal, dentro de la Serranía de Ronda, y se encuentran rodeados por el llamado Bosque de Cobre«. Acerca de este paisaje, prosigue afirmando: «Repleto de castaños de hoja caduca, en otoño se convierte en un espectáculo de tonos naranjas, amarillos, marrones y rojos que hace las delicias de todo fotógrafo».
La publicación no olvida su condición de «pueblo museo» destacando que es un «museo callejero» gracias al Encuentro de Arte del Valle del Genal, «una tradición desde 1994», en la que cada dos años «diferentes artistas dejan su huella en forma de obra de arte en las calles del pueblo». En ellas dejan un legado «que se cuida y conserva convirtiendo al municipio en un auténtico museo al aire libre«.
