Este paraje, alberga un notable bosque de pinos de Monterrey (Pinus radiata), también conocidos como pinos insignes. Esta especie es originaria de la costa occidental de Estados Unidos, específicamente de California.
En la Sierra Blanca, estos pinos alcanzan alturas considerables, llegando a formar copas que prácticamente cubren el cielo, creando un entorno de gran belleza natural.
La introducción del pino de Monterrey en Juanar se enmarca en las iniciativas de repoblación forestal que se llevaron a cabo en diversas regiones de España durante el siglo XX. Estas campañas tenían como objetivo principal restaurar áreas degradadas y prevenir la erosión del suelo. Aunque no se dispone de una fecha exacta de plantación para los ejemplares de Juanar, es razonable estimar que estos pinos fueron plantados hace varias décadas, posiblemente entre 50 y 70 años atrás. Esta estimación se basa en la historia de repoblación forestal y en la observación del desarrollo típico de la especie.
El pino de Monterrey es conocido por su rápido crecimiento, pudiendo alcanzar alturas de hasta 45 metros en condiciones óptimas. Además, es una especie longeva, con una esperanza de vida que puede superar los 100 años. Su adaptabilidad a diferentes tipos de suelo y su resistencia a condiciones climáticas variadas han contribuido a su éxito en programas de reforestación en diversas partes del mundo.
El bosque de pinos de Monterrey en Juanar no solo aporta valor ecológico al área, sino que también ofrece a visitantes y locales un espacio ideal para actividades al aire libre, como el senderismo. Las rutas que atraviesan este paraje permiten a los excursionistas sumergirse en un entorno natural privilegiado, disfrutando de la sombra de estos majestuosos árboles y de las vistas panorámicas que se despliegan en diversos puntos del recorrido.
Nos lo cuenta Isaac Díaz, presidente de la asociación Delbache Drone.
